AQUELARRE

AQUELARRE

Invoco a todas las fuerzas con el poder de hacer que las cosas ocurran

Las exhorto a crear una obra tan caprichosa como el azaroso deseo de las diosas

He convocado a toda hechicera o deidad de la teogonía universal

Me aferro a cualquier energía creadora

Abjuro de todas mis convicciones… Si acaso existía alguna

“La verdadera creación se transforma en dogma”, persiste

Una consigna que no he comprendido a profundidad

Que deambula entre lo sagrado y lo profano

Todo está preparado para la ocasión

Lavo mis manos como en un ritual cristiano

El lienzo vacío y templado espera como una virgen desnuda

Y un sortilegio pagano con olor a hierbas satura la oscuridad

Como en uno de los “Disparates” de Goya

Me expongo

Siento una presencia perturbadora

Las musas son las primeras en llegar

Calíope y Erato traen un bello poema lírico no objetual

Talía y Clío con una viola y una corona de laurel improvisan una comedia

Astarté, mesopotámica diosa del amor, hace una erótica puesta en escena

Una sacerdotisa celta y una princesa maya coinciden con una danza al dios sol

Una hechicera mongol, cada centímetro de su piel amarilla tatuada con símbolos

Aracné, “la tejedora mortal”, entrelaza un atrapa-sueños

Una de las valkirias, virgen guerrera del norte, hace un performance con malabares

Llega Mawu, diosa lunar, ama y señora de la gran serpiente cósmica

Lo bello y lo feo son de su competencia

Yemayá se transforma en una hermosa y negra paloma africana

Ashe, como un conjuro vudú se contorsiona y gime

Entra Xena, con mágicos colores preparados con el agua sagrada del Ganges

Medea, amante y hechicera, mezcla la sangre de sus venas con una pócima mágica

Y se consume en su propio fuego

Entonces Caos, con su confusión elemental, sacude la inutilidad de nuestro empeño

Expone que no existe un orden para las cosas

Enciendo la luz

Me muevo hacia el escepticismo

Ya no me importa quién llama a la puerta. (F)

De “El Libre Albedrío” de 2011

Rastafari

 

 

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