Presentación

fsanchezcaballero
F.Sánchez Caballero

F. Sánchez Caballero

Nace en Loríca Córdoba. Colombia.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Maestro en Artes Plásticas. Medellín Septiembre de 1986

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA LATINOAMERICANA

Pedagogía contemporánea. Medellín Noviembre de 1998

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA MEDELLÍN

Taller de literatura – Biblioteca Efe Gómez U. Nal. Dirigido por el Poeta y escritor Luis Fernando Cuartas

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Nací en la sabana de Córdoba en tiempos del Tío Conejo. Tierra áspera y soleada que cuestionaba con dureza lo frágil de tus ilusiones. El sarampión y la varicela hacían estragos en la piel de tus sueños y la langosta arrasaba los cultivos de cualquier cosa. Los perros eran perseguidos por garrotes y piedras por las calles polvorientas, sedientos y echando babaza por la boca, presas del mal de rabia, mientras las señoras cerraban las puertas. Eran épocas difíciles para la fantasía.

Fuimos  a construir un mejor destino entre dos ríos de agua cristalina buscando la tierra prometida en medio de la húmeda y verde selva chocoana, repleta de guayacanes, peces, zancudos y serpientes. A pulso forjamos la autenticidad de nuestro empeño probando en cada reto el temple de nuestra colorida estirpe. Pero el palo no estaba pa’cucharas. Cada día, cada verano, cada creciente, cada plaga, cada circunstancia impedía el crecimiento de nuestra vocación.

Vine a estudiar a las sobrecogedoras tierras de Antioquia ­ que por entonces lo eran – su intimidante geografía, sus  rostros ajenos, sus grises calles de concreto y lo abrupto del contraste sacudieron todas mis fibras. Crecí entonces entre la añoranza y el contrasentido, entre el paisaje frío y abrumador de las montañas paisas y el recuerdo cálido y llano de mi niñez. Una tarde a la hora de la siesta conocí el alma rota de Frida Kahlo, el intenso amarillo de Van Gogh, los cuarteados campesinos de Portinari y…me atraparon.

El panorama era sórdido, a imposibilidad de volver me endureció el alma y cualquier otra alternativa se me hacía inconsecuente. Pero llegado el momento de las decisiones temerarias eres tú contra el resto y por algún lado revientas. Para no coger el monte o echarle pavimento a mis emociones pinto… Porque pintar es quizá el único oficio que “fundamenta su dimensión espiritual” en la propia dimensión de la materia.

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