Entre la guerra y la paz.

Entre la guerra y la paz.
Acrílico / Lienzo

Las encuestas aparecidas hoy en los medios hablan de un cerrado cabeza a cabeza entre estas dos disyuntivas. En nuestro país,nadie menor de sesenta años conoce lo que es vivir en paz; nos hemos habituado tanto a la guerra como a la ilegalidad, y sentimos una irresistible tentación por aquellos personajes o partidos que la representen; no de otra manera se explica el alto índice de favorabilidad que pese a sus escándalos de corrupción aún conserva el senador Uribe y ahora su gris candidato. Quienes ayer pensábamos que quizá el alcalde bogotano y sus seguidores cercanos estaban equivocados con su innecesario apoyo al dubitativo gobierno Santos, hoy nos vemos abocados a la cruda realidad: seguimos matándonos entre nosotros como hace sesenta años, o le damos una oportunidad a la paz. Abiertamente no nos sentimos representados por ninguno de los candidatos en contienda; pero resignadamente, quienes ayer veíamos en Santos la personificación de todos los males del último cuatrienio, hoy lo estamos contemplando como la alternativa del mal menor. (F).

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