Fragmentos:
“Es una región enigmática que antes se conoció como El triángulo del diablo y que ha dado origen a no pocas leyendas. Ya desde la conquista se hablaba de monstruos marinos y se especulaba sobre un suelo submarino imantado o poderosamente embrujado, que atraía hacia sí todo lo que contenía hierro, desorientaba las brújulas y ponía las carabelas a girar en círculos. Aun hoy sigue siendo un misterio, un fenómeno oculto, prohibido, lejos de nuestra comprensión.
…Pequeñas fuentes de agua dulce bajaban por sus laderas y se juntaban para atravesar la llanura, por un paisaje rocoso donde crecían plantas de flores exóticas, con frutas tan extrañas que ni las aves comían y que muchos no tardaron en asociar al árbol de la vida, al fruto del bien y del mal. Alcanzados por los rumores, unos emisarios del rey Luis XIV de Francia los visitaron un día con la misión de calcular el sitio exacto del paraiso terrenal: ese lugar de delicias lleno de árboles magníficos y perfumes exquisitos donde todo comenzó…No ignoraban que según la epopeya del héroe asirio Gilgamesh, el paraíso se hallaba en Dilmún en las islas Bahrein…pero el de ustedes, lleno de agujeros rojos y humeantes en el fondo de esa montaña de fuego, plagada de artilugios diabólicos de dudosa utilidad, se asemeja más al panel derecho del Jardín de las delicias pintado por el Bosco…
…Todo el tiempo usaban máscaras con formas singulares de personas o de animales con expresiones fantásticas y exóticas. Nadie nunca pudo descifrar el cambiante secreto de sus rostros enigmáticos.