Yo Maldigo la Guerra

 

YO MALDIGO A LA GUERRA

 

“Que la reseca muerte no me encuentre

vacío y solo sin haber hecho lo suficiente”…Gieco

 

Yo maldigo a la guerra que como sombra nos acompaña desde siempre

por sembrar los campos con minas, con bombas  con dolor

Yo maldigo a la guerra por su comercio de odio, de sangre, de muerte

Maldigo la vocación corruptora de su credo, el fétido aliento de su verbo,

la llaga eternamente abierta, el gemido melancólico de sus trompetas

Maldigo a sus jinetes apocalípticos, a su ejército de iniquidad,

A sus defensores de oficio, a sus estafetas a sueldo o sin pudor

Yo maldigo a la guerra por robar la sonrisa de los niños y

convertir sus noches estrelladas en una pesadilla de horror

La maldigo por la juventud truncada, por  los sueños fallidos, por el futuro incierto

Maldigo  la guerra que viola a las mujeres, que mutila al campesino y se baña con su sangre

Maldigo el luto de su capa presuntuosa, sus falsos honores, sus condecoraciones

su ausencia de argumentos, su no entender razones

Maldigo sus funerales con banderas y dianas

Maldigo su llamado por dios o por la patria, por poder, por dinero,

por ideales abstractos

Maldigo a la guerra, a su rostro gris, a su horda asesina, a sus celestinas

Maldigo su hedor a estiércol, a pólvora, a cadáver

Maldigo sus promesas rotas, su sed de venganza, sus gritos, sus lágrimas

Maldigo la cobardía de sus armas, los campos desolados

Maldigo su corazón altivo, su rol de estrategias, su retorcida arrogancia

Maldigo su reticencia al perdón y a la reconciliación

En la televisión observo, como desde lo más alto de un circo romano

esa lucha entre seres que no se conocen, que nunca se han visto

junto a mí, la muerte que impasible espera, observa, se contorsiona, aprende

“odiaos los unos a los otros”, grita y ríe

Cuando me adentro en los ríos envenenados con sangre inocente y veo bajar

trozos de cuerpos, de vida mutilada, escucho historias de horror y de lamentos,

historias desgarradoras, historias de miedo, historias tristes, perturbadoras

Yo maldigo a la guerra que se ensaña con los humildes, que incendia sus casas, que arrasa sus cultivos…

Solo los desgraciados mueren

Maldigo sus ojos plomo, sus fantasmas,

maldigo el insomnio de sus noches oscuras, el llanto amargo de sus huérfanos,

de sus viudas

Yo maldigo la guerra que desdeña la vida,

las súplicas, la compasión, la magia de las palabras

la maldigo por convertir muchachos buenos en asesinos…

¿A donde fueron los sueños de esos niños?

Yo maldigo su desesperanza (F)

yo...
Yo, tú, nosotros

 

 

 

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