Complejo es el panorama del arte en el fin del milenio. Se ha hablado desde hace tiempo del fin de las vanguardias. Baudrillard no cree que el arte siga teniendo una función vital. Representantes de los grupos sociales que ya han entrado en pleno goce de la posmodernidad, a través del Performance, el Happening, la Instalación, el Videoarte, etcétera, dan cuenta de una nueva relación entre artista, entorno y momento histórico. Queda entonces espacio, un mínimo resquicio para las viejas formas plásticas? Acaso la pintura ya no tiene más que decir ?
(…) al lado de tanto snobismo, falso intelectualismo o descrestes pirotécnicos en los que han caído tantos llamados artistas, esas formas sencillas, honestas y sinceras de F. Sánchez Caballero, son una superación de la moda. El ser más de sí mismo le ha hecho menos vanguardista pero de una vigencia indiscutible. Ubicado en un punto doblemente peligroso que evita con claridad- el panfletarismo y el folclorismo- nos muestra ese otro país, el de las regiones híbridas de las que habla García Canclini que existen en América Latina, donde las tradiciones aún no se han ido y la modernidad no acaba de llegar.
Luis Fernando González Escobar.
Arquitecto y escritor. (1997)
Hay una región de Colombia donde silenciosamente se fueron quedando dos etnias – la indígena Embera y la afroamericana- que han sabido engendrar vida y resistencia para no morir en una selva donde, objetivamente, todo está dado para la muerte. Quizá dejen muy pronto de existir y las bellas pinturas en que F. Sánchez Caballero recoge con fuerza y dolor, hábilmente dotadas de forma y color que seducen, aún en su condición de opresión y marginación, sean un último grito de auxilio y una postrera expresión de esperanza.
Gonzalo M. de la Torre Guerrero
Teólogo. (1992)